Elemento fundamental de la mitología taoísta son los Ocho Inmortales, con numerosas representaciones artísticas. Surgieron en época relativamente tardía y hasta el siglo XV d. C. no aparece ningún relato de cómo lograron la inmortalidad, si bien se mencionan algunos nombres antes de esta fecha.
Los ocho personajes obtuvieron la inmortalidad de distintas formas. El primero fue Li Xuan, o Muleta de Hierro, que aprendió el secreto de Xi Wang Mu, Reina Madre de Occidente. Como tenía una pata de palo, la reina le regaló una muleta de hierro, y así adquirió su nombre. A su vez, Li Xuan le enseñó el no a Zhong-li Quan, que se convirtió en emisario del cielo y al que se de representar con un abanico de plumas.
A continuación está Lü Dongbin, quizá el más famoso de los Ocho inmortales. Cuando estaba en una posada conoció a un hombre llamado Zhongli, que se puso a calentar un recipiente con vino. Lü se quedó dormido y soñó que le ascendían a un cargo importante y disfrutaba de buena suerte durante cincuenta años. Pero tras la buena racha cayó en desgracia arruinaron él y su familia. Al despertarse se dio cuenta de que sólo transcurrido unos minutos: continuaba en la posada y Han Zhongli había acabado de calentar el vino. Tras el sueño, Lü quedó convencido de la vanidad de las ambiciones mundanas y siguió a Han a las montañas para buscar el Dao (cuya esencia se encuentra en la naturaleza) y lograr la mortalidad. En algunos casos, se representa a Lü Dongbin empuñando una espada.
Se decía que Han Xiang era sobrino-nieto de Han Yü, ensayista y filósofo de la dinastía Tang. Se hizo discípulo de Lü Dongbin, quien, cuando estaba a punto de alcanzar la inmortalidad, lo llevó al cielo, al árbol que daba los melocotones celestiales de la vida eterna. Han empezó a trepar por el árbol, pero se escurrió y cayó a la tierra y obtuvo la inmortalidad segundos antes de golpearse contra el suelo. Se le representa con un ramo de flores en la mano.
Cao Guojiu era hermano de la emperatriz Cao, de la dinastía Song. Decepcionado por la corrupción de la corte, se retiró a las montañas, en busca del Dao. Llegó a un río y, como no tenía dinero, trató de deslumbrar al barquero enseñándole la tablilla de oro que le permitía entrar en la corte. El barquero dijo: «¿Buscas el Dao pero quieres presumir de rango?» Avergonzado, Cao arrojó la tablilla al río. El barquero era Lü Dongbin disfrazado: se llevó a Cao como discípulo y le enseñó el Dao. Cao Guojiu aparece con la tablilla de oro.
El sexto inmortal era Zhang Guo, que vivió en la época de la emperatriz Wu, de la dinastía Tang. Se le suele representar a lomos de una muía blanca, con la cara hacia la cabeza o la cola del animal, que podía recorrer varios miles de kilómetros al día y doblarse y guardarse en una bolsa cuando no se la necesitaba. El viejo Zhang Guo, como también se le llama, destacaba por sus habilidades como nigromante, así como por conceder descendencia a las parejas recién casadas o sin hijos, y su retrato se colgaba en la cámara nupcial. También se le representa con los melocotones de la inmortalidad y la bolsa con la muía doblada.
Lan Caihe era una muchacha o un hombre «que no sabía cómo ser hombre», según las enigmáticas palabras de un escritor. Su familia se dedicaba a manipular hierbas medicinales. Un día, cuando estaba recogiendo algunas en las montañas, se encontró con un mendigo vestido de harapos, con el cuerpo cubierto de llagas y, a pesar de las dificultades, Lan le lavó y restañó sus heridas. El mendigo era Li Muleta de Hierro disfrazado y recompensó la bondad de Lan con la eterna juventud. Convertido en inmortal, Lan recorrió el país como juglar, con una andrajosa túnica azul, instando a las gentes a buscar el Dao. Se le (o la) suele representar con una cesta de fruta.
He Xiangu, el único ser inmortal claramente de sexo femenino, obtuvo el don después de que un espíritu le dijera que machacara y comiera una madreperla que encontraría en la montaña en la que vivía. Se la representa como una muchacha sujetando una flor de loto o de melocotón.