Los tres bodhisattvas Avalokiteshvara de la familia del Loto, Manjushri de la familia Tathagata y Vajrapani de la familia Vajra, personificaciones de la compasión, la sabiduría y el poder, tenían en otros tiempos bellísimas formas. Mas un día, tras un largo ritual para la producción del elixir de la inmortalidad, los budas confiaron a Vajrapani la vigilancia del néctar mientras ellos descansaban. Pero éste no cumplió su deber y el néctar fue robado por el demonio planetario Rahu, quien se bebió el contenido del vaso de oro y lo sustituyó por su propia orina antes de huir. Al percatarse los budas de lo que había sucedido ordenaron a Vajrapani beber el venenoso residuo del demonio. De resultas de ello, los ojos se le salieron de las órbitas, se le cayó el pelo y su cuerpo se volvió azul y contorsionado por el dolor, contrayéndosele todos los músculos y tendones.
Con ayuda del sol y de la luna, Rahu fue capturado y partido en dos por el furioso Vajrapani; mas como había bebido el elixir, no podía morir. Desde entonces Rahu persigue a estos cuerpos celestes por el cielo, y regularmente los captura y los devora causando eclipses periódicos. Pero los suelta enseguida, pues el abdomen cortado de Rahu no puede contenerlos por mucho tiempo.