Este término pertenece a la mitología Griega
«La voz que responde». Guerrero heleno que entró, con Ulises, en el caballo de madera que sirvió para la toma de Troya. Helena, sospechando que él estuviera dentro, le llamó imitando la voz de las mujeres griegas. Cuando Anticlos iba a responder, imprudente, Ulises pudo taparle la boca.