Este término pertenece a la mitología griega
Perro de tres cabezas que guardaba la puerta de
los infiernos
Era hijo del gigante Tifón y de Equidna
Acariciaba las almas infelices que descendían al infierno y devoraba a los que intentaban salir
Cuando Orfeo bajá a buscar a Eurídice lo adormeció con su lira, y cuando Heracles descendió allí, lo aplacó y pudo encadenarlo, haciéndose seguir por él como por un perrillo.