Este término pertenece a la mitología griega
Doncella, hija de Peneo y de Gea, de la que se ena, moro Apolo, que la persiguió para poseerla, y al asirla, ella lanzó un grito, que fue escuchado por Gea (la Tierra), quien, abriéndose, la recibió
En el lugar donde desapareció brotó un frondoso laurel.