Este término pertenece a la mitología griega
Hijo de Cefiso y de Liríope
Era de gran hermosura y todas las mujeres, al verlo, se enamoraban de él
La ninfa Eco, no pudiendo atraerlo, murió de tristeza
El adivino Tiresias pronosticó a su madre que el joven viviría mientras no se viese a sí mismo
Volviendo un día de caza, se vio reflejado en una fuente, enamorándose de su persona de tal manera que se consumió de tristeza
Al morir fue convertido en la flor que lleva su nombre.