SANTOS CELTAS

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Aunque de forma censurada, el cristianismo preservó la mitología celta, incorporando al tiempo elementos mitológicos en sus propias tradiciones. Adaptó especialmente leyendas de guerreros y héroes celtas a modo de acontecimientos maravillosos de las vidas de los santos. Desde luego, los santos no podían destacar en la batalla, pero podían obrar milagros para contribuir a la predicación.

Es a san Patricio a quien más milagros se atribuyen. Muchos de ellos se producen en su lucha contra los druidas, que eran quienes más tenían que perder con la expansión de una nueva fe. En Tara, corte del rey Loegaire, san Patricio tuvo que vencer por medios milagrosos a dos druidas, Lochru y Lucetmail, para convencer al rey y a toda su corte de que se convirtieran al cristianismo.

Muchos mitos en torno a los santos están relacionados con la simpatía celta por los animales y con su afición a los cambios de forma. También de san Patricio se dijo que podía adoptar forma de ciervo para evitar a sus enemigos. San Ciaran de Clonmacnoise enseñó a un zorro a llevar su ejemplar de los salmos; a san Kevin de Glendalough una nutria le devolvió su salterio cuando se le cayó en un lago, y san Columbano de lona sometió al monstruo del lago Ness.

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