Odín no necesitaba comer. Le bastaba con el vino y daba su comida a dos lobos, Geri y Freki, que se sentaban a sus pies. Tenía además dos cuervos, Huginn y Muninn (pensamiento y memoria), que volaban por el mundo todos los días para traerle noticias. Al llegar la noche se posaban en los hombros de Odín y le contaban lo que habían visto. Estas criaturas suelen representarse artísticamente en compañía de Odín y están relacionadas con su función de dios de la guerra: lobos y cuervos están tradicionalmente ligados a la batalla y a la muerte tanto en la poesía como en la realidad (su presencia era común después de las batallas, alimentándose de cadáveres).
Otro animal de Odín era su extraordinario corcel Sleipnir, de la progenie de Loki. Sleipnir tenía ocho patas y era el caballo más rápido; podía llevar a Odín por el aire y sobre el mar. Sleipnir era considerado uno de los grandes tesoros de Odín.