LOS HIJOS DE LOKI

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Loki tuvo tres monstruosos descendientes con una giganta llamada angrboda: una serpiente gigantesca, jormangand; una hija, hel, que era mitad viva y mitad cadáver; y el gran lobo fenrir. Estas criaturas tenían su importancia en la mitología. Jormangand y Fenrir destruirían respectivamente a Thor y Odín en Ragnarok. Odín atacó a los vástagos de Loki, pero los dioses no pudieron aniquilarlos. Tuvieron que buscar otras formas de reducirlos.

Los dioses quedaron muy preocupados al descubrir que Loki había tenido esos tres hijos. Con anterioridad, habían oído una serie de profecías según las cuales aquellos hermanos les causarían grandes daños. Odín envió a los dioses a buscar a los hijos de Loki para que se los trajeran a Asgard. Cuando hubieron llegado, Odín echó primero a la serpiente Jormangand al mar que hay en torno al mundo. Allí creció hasta rodear el mundo entero mordiéndose la cola.

A continuación, Odín envió a Hel, la horrible hija de Loki, a Niflheim, la tierra de los muertos, con la función de alimentar y alojar a todos los muertos que allí fueran. Los Aesir se quedaron Fenrir, el cruel lobo, llevándoselo a Asgard, aunque sólo Tyr tenía valor suficiente para cuidar de él.

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