RELATOS DE BRUJAS Y DRAGONES

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Para Afanasiev los mitos eran la historia de la naturaleza de los eslavos primitivos; los héroes son los dioses del sol, el cielo, la luz, el trueno y el agua, mientras que sus enemigos son los dioses de la oscuridad, el invierno, el frío, las tormentas, las montañas y las cuevas.

En el relato del hada Vassilisa y Baba Yaga, la bruja simboliza la nube oscura de la tormenta que quiere destruir la luz del sol (la muchacha Vassilisa). Al final del relato Vassilisa escapa y hace que mueran en su casa sus dos perversas hermanastras y su madrastra. Para Afanasiev se trata del sol liberándose del poder de la tormenta y de otras nubes oscuras.

En los relatos de dragones, una vez más es el sol (el héroe, o más frecuentemente la heroína), oprimido por nubes de tormenta, quien trae la nieve y el granizo. Pero el final es feliz: el sol destruye y dispersa las nubes con su luz (o con su espada) y el dragón es sometido.

En una divergencia típicamente eslava respecto de los mitos y cuentos populares de Europa occidental, es el príncipe quien es despertado por el beso de una doncella tras superar ésta obstáculos inimaginables. Para Afanasiev, la historia que hay tras el mito es la de la naturaleza despertada por la primavera al ser besada la tierra por el sol y volver a la vida.

Debido a este planteamiento mitológico, Afanasiev no concedía valor a la información referente a los narradores de las historias. No consideraba importante el estilo del relato debido a que el mito, al igual que la lengua, era producto de una labor colectiva a lo largo del tiempo.

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