Según Hesíodo (en Los trabajos y los días), los dioses y los hombres nacieron al mismo tiempo, sino que éstos eran mortales. Pero los hombres vivían felices, rodeados de toda clases de bienes, exentos de enfermedades y de la vejez, y morían como entregados a un sueño dulce.
Fueron estos los hombres de la Edad de Oro.
Cuando desaparecieron, los dioses del Olimpo produjeron una segunda raza de hombres muy inferiores; eran los hombres de la Edad de Plata, que vivían muchos años y poseían grandes bienes, pero ya sujetos a la muerte.
Zeus los aniquiló por haberse negado estos hombres a rendir homenaje a los dioses. La tercera raza fue llamada de los hombres de bronce, de corazón duro como el acero y dotados de extraordinaria fuerza, que gozaban siguiendo al feroz Ares en sus aventuras guerreras. También murieron, y murieron con dolor.
La cuarta raza humana fue la de los héroes, que la guerra segó delante de Tebas, la ciudad de las siete puertas. o delante de Troya, en defensa de la maravillosa Helena.
Zeus, apiadado de ellos, los colocó en los confines de la Tierra, exentos de toda inquietud; tres veces al año, la. fértil tierra dábales frutos deliciosos. por tanto, de los primeros hombres, unos alcanzaron la inmortalidad par la justicia v otros por el valor.