La mitología griega es una de las más importante y bellas de todas las mitologías. acaso porque éstas, todas, fueron reveladas por las profetas y sacerdotes, y la helénica fue dada a conocer por los poetas.
Existe una gran clasificación de religiones: las del Libro revelado y las de la Naturaleza. Los cristianos, los judíos y los musulmanes profesan las primeras; el Oriente y Grecia, las segundas.
Las religiones reveladas tienen sus raíces en un dios único y celoso que no tolera nada fuera de su santuario; las religiones de la naturaleza penetran en el seno de la Naturaleza, de donde surge la gran corriente de la vida universal, y sus templos se abren a toda idea revestidos de formas divinas.
En los cultos procedentes del Sinaí, de Jerusalén y de la Meca, el desarrollo religioso se hace por el profetismo, comentario de un texto sagrado; en Grecia, los reveladores son los poetas».
Heródoto cree que de los poemas de Homero y los escritos de Hesíodo De la mitología griega, sin embargo, únicamente conocemos bien su última forma, la que formó una auténtica religión cuando el tiempo y la reflexión pusieron orden ,en el caos de las antiguas creaciones. Homero y Hesíodo, en efecto, nes dejaron una mitología sugestiva y muy compleja; pero nos la dejaron embarullada, imperfecta, en ella vivían los personajes divinos a través de ficciones, y realmente no lo parecían por completo, ya que todos ellos rebosaban pasiones, vicios, anhelos perfectamente humanos.
Lo que Homero y Hesíodo crearon fue, en puridad, una raza de superhombres, en la que todavía no se ha eliminado el fallo de la carne y la excitación de los caracteres.
Así, Hera, «la de las sandalias de oro», muéstrase malhumorada y vengativa, llega a pegar a Artemisa. Zeus no se preocupa sino de su harén. Hermes enseña a les Autólicos el arte de engañar. Ares sufre furores brutales. Afrodita no tiene voluntad para negarse a cualquier amable requerimiento. Artemisa es una virago desviada. Hefestos tiene el papel cómico del Olimpo: el de marido ultrajado.
Homero y Hesíodo crearon una mitología un tanto bufa. Tan es así, que, según decía una tradición, Pitágoras había visto en los infiernos en castigo de haberse burlado de los dioses; la sombra de Hesíodo atada a una columna de bronce, y la de Homero, colgada de un árbol, en medio de serpientes. Heráclito hubiera deseado que abofetearan a Homero a causa de su impiedad.
Lo que verdaderamente hicieron Homero y Hesíodo fue enseñar a los hombres cómo se puede luchar con los dioses y despreciarlos, cómo los dioses, para ser felices, necesitaban hacerse hombres.