Si los dioses helénicos tuvieron Roma mucha menor importancia y trascendencia que en Grecia, debido al espíritu mucho menos religieso de los romanos, los semidioses y los héroes casi no representaron papel alguno de interés.
«No parece— escribe Breal — sino que Italia no haya tenido héroes, én el sentido griego de la palabra; el espíritu, a la vez neto y abstracto del romano, no le ha permitid crear seres intermedios entre los dioses y los hombres. Sin duda, conoce genios de orden más o menas elevado que presiden las acciones humanas e intervienen en la vida; sacrifica a los manes de sus antepasados que, después de su muerte, han tomado asiento entre los dioses; pero semidioses, como Teseo, Perseo, Herakles, que participan a la vez del cielo y de la tierra, no se ven en la mitología latina.»
Y dice bien Brear Por ejemplo, el Hércules que conocieron los romanos era un simple dios campestre de la Sabina y del Lacio, un sencillo genio doméstico que velaba sobre el cercado y la casa. Lo prueban los sobrenombres que se le daban Agrestis, Domésticus Rusticus .