Unos estudiantes visitaron a Nasrudín y le preguntaron si podían escuchar sus clases. Aquél accedió y se dirigieron al salón de conferencias caminando detrás del Mulá, quien había montado su burro, de cara hacia la cola.
La gente los miraba con asombro. Pensaban que el Mulá debía de ser un tonto y los estudiantes que lo seguían más tontos aún. ¿Quién, después de todo, camina detrás de un hombre que cabalga de espaldas al frente?
Después de un rato, los estudiantes comenzaron a sentirse incómodos y le dijeron al Mulá:
—¡ Oh, Mulá ! La gente nos mira. ¿ Por qué monta usted de este modo ?
Nasrudín frunció el cerio: —Ustedes están pensando más en lo que la gente piensa que en lo que estamos haciendo —les dijo—. Les explicaré. Si ustedes fueran delante, mostrarían falta de respeto hacia mí, porque tendrían que darme la espalda. Si yo caminara detrás, lo mismo sucedería. Si voy montado adelante y de espaldas a ustedes demostraría una falta de respeto hacia ustedes. Esta es la única forma de hacerlo.