En las altas horas de la noche dos hombres reñían cerca de la ventana de Nasrudín. Este se levantó, se envolvió con su única frazada y salió a la. calle dispuesto a terminar con el ruido.
Cuando intentaba razonar con los borrachos, uno de ellos le arrebató la frazada y ambos huyeron.
Al regresar el Mulá, su mujer le preguntó: —¿Sobre qué discutían?
—Debe de haber sido sobre la frazada. Cuando la consiguieron, la pelea terminó.