El burro de Nasrudín corrió a beber agua de un charco. La orilla era, muy empinada y el burro estaba a punto de perder el equilibrio y caer dentro, cuando surgió del agua el ruidoso croar de las ranas.
Esto asustó al asno que reculó y así pudo salvarse. Nasrudín tiró un puñado de monedas dentro del agua y gritó :
—Ranas, ustedes han hecho una buena acción. Aquí va algo para que lo celebren.