El Mulá compró un burro. Alguien le dijo que tendría que darle una cantidad determinada de comida todos los días. Considerándola excesiva, decidió experimentar e irlo acostumbrando a comer menos. Por lo tanto, cada día le disminuía la cantidad.
Finalmente, cuando redujo la ración a casi nada, el burro cayó muerto.
—Lástima —dijo el Mulá—. Si hubiera tenido un poco más de tiempo antes de que muriera, lo hubiera acostumbrado a vivir sin comer absolutamente nada.