Un día el Mulá trajo a su casa un pan de jabón y le pidió a su esposa que le lavara la camisa.
Tan pronto como aquélla comenzó a enjabonarla, un enorme cuervo descendió, arrebató el jabón y se alejó, yendo a posarse sobre una rama de un árbol cercano.
La mujer gritó furiosamente. El Mulá salió corriendo de la casa. »
—¿ Qué sucedió, querida?
Justo cuando comenzaba a lavar tu cuervo enorme bajó y se robó el jabón! Nasrudín permaneció inmutable :
—Mira el color de mi camisa y observa la vestimenta de un cuervo. Indudablemente su necesidad es mayor que la mía. Me parece bien que haya podido obtener el jabón, ami a costa mía.