Nasrudín trató de hacer entrar a un ternero en un corral, pero el animal se resistió. El Mulá se dirigió entonces hacia donde estaba la madre y comenzó a reprochárselo. Alguien que pasaba le preguntó: —¿Por qué le gritas a esa vaca?
—Ella tiene toda la culpa —respondió Nasrudín—, pues debió haberle enseñado mejor a su hijo.