La gente corrió a decirle al Mulá que su suegra se había caído al río. —La corriente la arrastrará al mar, pues el torrente es vertiginoso aquí —gritaron.
Sin titubear ni un momento, Nasrudín se arrojó al río y empezó a nadar aguas arriba.
No —gritó la gente--, corriente abajo! Es ésa la única forma en que una persona puede ser arrastrada desde aquí.
—¡ Escuchen! —jadeó el Mulá—, conozco a la madre de mi mujer. Si todo el mundo es arrastrado corriente abajo, el lugar para buscarla a ella es aguas arriba.