Algunas personas —se dijo el Mulá un día— están muertas cuando parecen estar vivas. Otras, en cambio, están vivas aunque parecen estar muertas. Cómo podernos saber si una persona está viva o muerta ?
Repitió esta última frase en voz tan alta que su mujer lo oyó, y dijo:
—Tonto! Si las manos y los pies están completamente fríos, puedes estar seguro de que la persona está muerta.
Tiempo después, Nasrudín estaba cortando leña en el bosque, cuando se dio cuenta de que sus extremidades estaban casi congeladas por el tremendo frío reinante.
—La muerte —dijo— parece estar ahora sobre mí. Los muertos no cortan leña; yacen respetablemente, pues no tienen necesidad de movimiento físico.
Se acostó debajo de un árbol.
Una jauría de lobos, enardecidos por los sufrimientos que el duro invierno les deparaba, y pensando que el hombre estaba muerto, se abalanzaron sobre el burro del Mulá y se lo comieron.
—Así es la vida! —reflexionó Nasrudín—, una cosa depende de otra. Si yo estuviera vivo, no se hubiesen tomado esa libertad con mi burro,