Los mitos describen actos importantes de creación y adjudicación de nombres. Detallan el poder de la fertilidad ancestral.
En este sentido, demuestran la importancia de la diferencia de sexos como principio principal de la organización social y cosmológica de los aborígenes.
En toda Australia, una buena parte del saber sagrado y ceremonial está en manos de los hombres. A las mujeres les está tradicionalmente prohibido oír o ver cualquier cosa que pertenezca al saber de los hombres, con frecuencia bajo pena de muerte.
En la Tierra de Arnhem occidental, por ejemplo, después de que Yirawadbad ttansmitiera la ceremonia masculina de ubar a Nadulmi, éste le preguntó al pájaro Djig: "¿Se lo debemos mostrar a las mujeres?", y la respuesta fue: "No, es sólo pata hombres mayores, no podemos mostrárselo a mujeres y niños".
Más recientemente, los antropólogos han descubierto también la existencia antes no documentada de campos paralelos de conocimiento religioso femenino en el centro y sur de Australia, que sólo las mujeres tienen el derecho de comunicar, controlar y gestionar.