Existen varios mitos regionales que explican los orígenes del matrimonio. Según la leyenda, dos hombres, Halcón (Biljara) y Cuervo (Wagu) instituyeron el matrimonio en el sureste especificando los grados de parentesco permisibles en una relación.
El Cuervo trató de engañar con frecuencia al Halcón: según un relato, el Halcón era guardián de dos muchachas con las que había prohibido al Cuervo que se casara. En venganza, el Cuervo mató al hijo del Halcón e intentó culpar a otro del asesinato, pero el Halcón se enteró de la verdad y enterró al Cuervo junto a su hijo muerto.
El Cuervo escapó y continuó la lucha. Según cierta narración, el Halcón convirtió al Cuervo en esta ave quemándolo hasta dejarlo negro y él se transformó en ave cuando el Cuervo lo convenció de que alzase el vuelo.
Las comunidades aborígenes suelen estar divididas en dos mitades, cada una de ellas asociada con uno de los protagonistas mito original del matrimonio, como el Halcón o el Cuervo. Una persona sólo puede casarse con un miembro del grupo opuesto y los hijos pertenecen al grupo del padre (en los Kimberleys) o al de la madre (en el sureste).