Los persas son una rama de la familia de los pueblos arios, tal como muestra su lengua; pertenecen, concretamente, a la rama indoirania. Eran en origen nómadas criadores de caballos y ganado vacuno en las estepas del Asia central que emigraron a la meseta iraní alrededor del 1000 a. C.
En ese tiempo, otras tribus iranias -los medas, los partos, los escitas- llevaban a cabo igualmente movimientos migratorios. Algunas tribus persas se hicieron sedentarias, mientras que otras prosiguieron su vida nómada. Las que se asentaron adoptaron costumbres de las culturas urbanas más antiguas del Asia occidental, especialmente cuando Ciro (559-530 a. C.) empezó a conquistar Elam, Asiria y Babilonia.
Los otrora nómadas se convirtieron en jefes de un imperio multi étnico cosmopolita que iba desde el Mediterráneo hasta el Amudarya (Oxus) y el Indo.
En alguna fase anterior a Ciro (no hay acuerdo entre los especialistas sobre cuándo ocurrió), la religión tradicional de los iranios fue reformada, probablemente en el nordeste del Gran Irán, por un sacerdote (zaotar), el profeta Zaratustra (nombre traducido de diversas formas, a veces comooro ocamello), conocido por los griegos como Zoroastro, que aproximó su sistema religioso al monoteísmo:
Ahura Mazda, invocado constantemente en las inscripciones de Darío Aqueménida (521-486 a. C.) y jefes posteriores de la dinastía aqueménida (550-330 a. C.) descendientes del antepasado del clan -Hajamenesh; Aquemenes en griego-, es el supremo Sabio Señor del zoroastrismo, aun cuando la fe recalcara la completa separación y el antagonismo entre el Pensamiento Sagrado y el Pensamiento del Mal.