Adapa es uno de los siete sabios; fue creado por ea (enki en la mitología sumeria) como hombre ejemplar, dotado de una sabiduría sobrehumana. Sirve al dios como sacerdote en Eridu. Un día, sale a pescar, pero el viento sur vuelca su barca. Indignado, lanza una maldición sobre el viento para quese rompan sus alas. La consecuencia de ello es que durante mucho tiempo el viento sur no vuelve a soplar. El gran dios Anu se entera de este asunto y convoca a Adapa al cielo para poder hacerlo responsable de ello. Ea teme por su protegido y lo instruye sobre cómo prepararse para el viaje. Tiene que llorar y expresar simpatía por dos dioses apostados ante la puerta, Dumuzi y Ningishzida, para ganarse su apoyo. El plan surte efecto, porque Anu es apaciguado por la intercesión de los dioses.
Cuando se entera de que Adapa había obtenido su sabiduría (y sus poderes mágicos) de Ea, le ofrece el Agua y el Pan de la Vida, que lo tornará como los dioses. Sin embargo, advertido por Ea para que no acepte el Agua y el Pan de la Muerte que le ofrecen, Adapa rechaza la proposición. En su locura, Anu lanza una carcajada y lo envía de vuelta a la tierra.
(Este mito refuerza la visión mesopotámica de que la vida eterna está reservada a los dioses; aun cuando se le ofrece la oportunidad de convertirse en inmortal, Adapa es incapaz de aprovecharla.)