La epopeya babilónica de la creación presenta un conjunto coherente. Centrada en Marduk, reelabora mitos más antiguos protagonizados en un principio por otras deidades. Su objetivo consistía en justificar la posición de Marduk como deidad principal y la importancia de su ciudad. El texto es un poema litúrgico de carácter mágico, cuyo recitado constituía parte integrante del festival primaveral de Año Nuevo, principal celebración religiosa de Babilonia destinada a renovar la creación.
Al principio nada existía, salvo Apsu, el océano de agua dulce, y Tiamat, el océano de agua salada. De su unión surgió una serie de dioses, que culminó con los grandes dioses Anu y Ea, que engendró a Marduk. Pero surgió el conflicto entre los dioses más jóvenes y las deidades primordiales. Ea mató a Apsu y Tiamat decidió vengarse. Reunió una horda de monstruos feroces, como el hombre-escorpión, con su hijo Kingú a la cabeza, a quien invistió con laTablilla del Destino, equivalente de los me sumerios.
Varios dioses trataron de someter a Tiamat, pero no lo lograron, y al final el panteón eligió a Marduk como jefe. Marduk aceptó con la condición de que fuera reconocido como rey de los dioses. Derrotó y mató a Tiamat, dividió su cuerpo en dos, y con una mitad formó el cielo y con otra la tierra. Le arrebató la Tablilla del Destino a Kingú, le mató y creó a la humanidad mezclando la sangre de Kingú con tierra. Los dioses construyeron un templo en Babilonia para Marduk, con un zigurat.