Dilmun aparece como un lugar con potencial, pero que aún no funciona óptimamente ante la carencia de agua dulce.
La diosa madre se lamenta de este estado de cosas ante el dios del agua, Enki, que produce ríos, canales y cisternas. Los campos ya están preparados para producir grano, y las canalizaciones permiten que se establezca un comercio rentable.
A continuación, Enki copula con una diosa en los terrenos pantanosos de las afueras de la ciudad. Ella concibe de inmediato y, tras un embarazo de nueve días, alumbra a otra diosa, que a su vez es inseminada por Enki. Ello ocurre repetidas veces, hasta que Ninhursaga interviene y le advierte a la muchacha núbil Uttu que evite las insinuaciones de Enki cuando le pide fruta y verdura, que él produce anegando las zonas áridas que rodean a la ciudad.
Cuando Enki llega cargado de pepinos y manzanas, Uttu le permite entrar en su hogar y los dos se abrazan. Ninhursaga retira el esperma de la matriz de Uttu para crear ocho plantas. Enki siente apetito por esas plantas y las come tan pronto como crecen, lo cual enfurece tanto a Ninhursaga que lanza una maldición sobre Enki: enfermará en ocho partes del cuerpo.
Enki está a punto de morir, pero puede ser salvado gracias a la intervención de un zorro que convence a la diosa para que le devuelva a Enki la salud. Esta lo toma en su regazo y da a luz a ocho seres divinos, uno por cada parte enferma.