Kumarbi se casa con la hija del dios marino y ésta alumbra a Hedammu, una criatura en forma de dragón que sale a diario del mar para devorar animales domésticos y personas.
La diosa Ishtar descubre al monstruo e informa al dios atmosférico, que por algún motivo (el texto está deteriorado en este punto) no puede hacer nada a este respecto.
Ishtar decide actuar: se da un baño, se unce y desciende hasta la orilla del agua. Hedammu parece indomable e intenta comérsela.
En el siguiente intento de aproximarse a la orilla, llega con algunos recursos mágicos y convierte el agua marina en una poción somnífera. Hedammu sucumbe y, hechizado por sus encantos, abandona el agua.
El final no está claro, debido al estado fragmentario en que se conserva el texto, pero parece que el dios atmosférico domina finalmente a Hedammu.