Al principio, An creó a los dioses Annunanki. Sin embargo, como el mundo aún no estaba organizado completamente, tenían que pacer hierba, como las ovejas, y beber agua de una acequia.
Más tarde, fueron creados Lahar, diosa del ganado vacuno, y Ashnan, diosa del grano, que produjeron más comida, en especial leche, y todo mejoró para los dioses.
Sin embargo, los Annunanki todavía no estaban satisfechos. Entonces, Enlil, advertido por Enki, decide enviar a las diosas a la tierra. Erigen rediles para Lahar y obsequian a Ashnan con un arado y un yugo.
De ese modo, llegan a la tierra la agricultura y la labranza con animales. La humanidad, destinada a prestar servicio a los dioses, no puede proporcionarles sustento abundante y apropiado. Pero las dos diosas empiezan a reñir, desdeñando cada una la contribución de la otra y elogiando únicamente sus propios logros. Enki y Enlil intervienen, y Ashnan es declarada vencedora.