Leyenda del rey Keret

Dos textos tratan sobre importantes aspectos de la sociedad cananea. El primero es la leyenda del rey Keret, que comienza con los lamentos del rey por la pérdida sucesiva de siete esposas, hecho que destruye sus esperanzas de tener un heredero.

El dios supremo El se le aparece en sueños y le ordena que invada un reino vecino y se case con Huray, la hija de su rey. Keret parte, tras haber prometido ofrecer a Asherah, diosa de la fertilidad, el peso de Huray en oro y plata si triunfa en su empresa.

Consigue su objetivo y, al regresar de la invasión, Él le bendice y le promete que Huray le dará ocho hijos, al mayor de los cuales amamantaran Asherah y Anat. Los niños nacen en el transcurso de siete años, pero después resulta que Keret no ha cumplido su juramento a Asherah.

El rey cae gravemente enfermo, no puede administrar justicia y la fertilidad de los campos disminuye. Se celebra una ceremonia en el palacio de Baal para que sobrevengan las lluvias, tras lo cual Keret recupera la salud y el trono y sofoca la tentativa de uno de sus hijos para destronarle.

El relato proporciona numerosos datos sobre el concepto de monarquía tal y como se entendía en el antiguo Oriente Próximo: se consideraba al rey una figura sagrada, el canal de las bendiciones que llevaba orden y fertilidad a la tierra y la sociedad, y sus súbditos sufrían o prosperaban al unísono con él.