Algunas referencias a eventos históricos y algunos conceptos mitológicos que aparecen en la Biblia, aparecen también en las tablillas de arcilla de Ugarit.
En numerosos pasajes del Antiguo Testamento, los profetas predican contra Baal, Asherah y varios otros dioses, pues el pueblo de Israel adoró estos dioses incluso dejando de lado a veces al mismo Yahveh, el Dios de Israel. Los descubrimientos de Ugarit permitieron conocer cuáles eran y dónde fueron adorados estos dioses cananeos denunciados en la Biblia.
La religión ugarítica estaba centrada en el dios El, jefe de los dioses,padre del género humano,creador de la creación. La etimología del nombre El es la palabra común a todas las lenguas semitas, salvo el etiópico, para decirdios. Sin embargo, a partir de las tablillas de Ugarit, El es también un nombre propio, referido a un único dios, con un carácter distinto y con sus propios mitos. Al parecer, El fue el nombre común a todos los dioses que, posteriormente, llegó a representar a un dios particular. Puede que el nombre haya sido usado por una tribu en especial para describir a su único dios, al punto que el nombre original de ese dios cayó en el olvido.
El carácter del dios El es ciertamente muy amplio. Puede significar padre, tío, rey, maestro, señor, juez, etc. Puede ser un toro, un oso, un león, una roca; luz y paz; es el primero, grande, exaltado, perfecto, más alto, fuerte, compasivo, confiable, honorable; El ordena, produce, construye, comanda, habla, juzga, piensa, elige, vive, conoce, recuerda, aumenta, abre, sana, ayuda, perdona, bendice, provee, da, salva, rescata, oye, ama, hace feliz, enriquece; el adorador es automáticamente hijo de El, su esclavo, su guerrero, su adherente; El es su pastor, su compañero, su canción.
Esta exhaustiva lista refleja la importancia de esta deidad y, por el tiempo en que las tablillas fueron grabadas, el culto a El fue evidentemente enorme. Algunas características de El fueron expresadas en forma de epítetos, especialmente común era el de dios creador y padre. Llega a ser llamadopadre de todas las criaturas,padre de los hombres, incluso,padre de los dioses, claramente ocupó el puesto de patriarca de los dioses de Ugarit, en otra parte es llamado eleterno,sin edad. Era descrito con una barba gris e inmensa sabiduría.
También El es visto a menudo instalado en una corte, está rodeado de dioses menores y diosas que actúan como cortesanos. Sentado en un trono, desempeñando el rol de juez, de carácter bondadoso, con moderación y gracia. La corte es descrita en términos agradables, se toca la lira y el ambiente no es hostil. El es evidentemente un dios bueno y venerado. Un prodigioso, poderoso y vigoroso anciano. Esta última idea encaja con la idea de El como patriarca.
Existen descripciones bíblicas idénticas a las descripciones que hacen los textos ugaríticos de la corte celestial.
Báal asciende el monte, el Hijo de Dagón al cielo, Báal se sienta en su trono...
(Poemas Ugaríticos de Baal y Anat).
Dijo Miqueas: "Escucha la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en un
trono y todo el ejército de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquierda" (1 Re 22,19).
El es el nombre de Dios que varios salmos dan a Yahveh, pues cuando se leen los salmos y los textos de Ugarit se puede apreciar que muchos atributos dados a Yahveh son los mismos que se le atribuyen a El, de hecho, algunos salmos fueron originalmente himnos ugaríticos o cananeos dedicados a El, posteriormente adoptados y adaptados por Israel.
Por otra parte, otras deidades fueron adoradas en Ugarit como, El Shaday, El Elyon y El Olam. Todos estos nombres fueron aplicados a Yahveh por los autores del Antiguo Testamento, en un esfuerzo de asimilación, para eliminarlos del ámbito religioso y cultural de Israel, pues si Yahveh era todo no existía necesidad de dioses cananeos.
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, se le apareció Yahveh, y le dijo: Yo soy
el (El Shadday) Dios Todopoderoso; anda en mi presencia y sé perfecto (Gn 17,1).
Y (Abraham) plantó un tamarisco en Bersheba, e invocó allí el nombre de Yahveh,
Dios eterno (El Olam) (Gn 21,33).