Kumarbi conspira para destronar al dios atmosférico. Para ello, fecunda una enorme roca, de la que sale un monstruo pétreo llamado Ullikummi. Kumarbi lo coloca sobre el hombro derecho del gigante Upelluri, que vive en un paraje lejano.
El rey solar encuentra al monstruo, que crece muy rápidamente, e informa al dios atmosférico, que va a inspeccionar a Ullikummi acompañado de varios dioses. Ishtar intenta seducirlo con sus encantos, pero fracasa porque la criatura de piedra no puede ver ni oír. Kumarbi reúne a todos los dioses, en un intento de aniquilar al monstruo, pero éste ha crecido tanto que no pueden dañarlo.
Ea va en busca de Upelluri, que ignora la existencia de Ullikummi y únicamente se lamenta de un ligero dolor en el hombro. Ea le pide al dios primitivo que le preste una herramienta cortante que en origen se había usado para dividir la tierra del cielo. Con ella, consigue separar a Ullikummi del hombro del gigante, que inmediatamente ve reducido su poder.
Los dioses retoman sus ataques y probablemente resultan vencedores, si bien el final no se ha conservado.