DIOSES Y SERES FANTÁSTICOS DE JAPÓN

AIZEN. Japón. Dios del Amor.

El dios japonés del Amor también lo era de las prostitutas, los cantantes y los músicos. Pese a su feroz apariencia, tiene un tercer ojo colocado verticalmente entre sus dos ojos y una cabeza de león entre sus cabellos. Se le considera benefactor de la humanidad.

ALMA DE LAS MARIPOSAS. Japón. Mito de la reencarnación. Un joven matrimonio vivía feliz disfrutando de su afición común, la floristería. Pasaban horas y horas juntos cuidando de su jardín. Tuvieron un hijo, a quien inculcaron desde su infancia el amor hacia las flores. Ellos murieron y el hijo se dedicó a cuidar su jardín para mantenerlo como sus padres querían. Una noche soñó que sus padres paseaban por su jardín, observando las plantas y viendo cómo crecían gracias a los cuidados proporcionados por el joven. De repente, los dos ancianos se convirtieron en dos mariposas y marcharon volando. Al amanecer el joven salió a su jardín y descubrió que las mariposas con las que había soñado estaban allí y que estaban representando las almas de sus respetados padres.

AMATERASU. Japón. Diosa del Sol que nació del baño del ojo izquierdo de Izanagi. Este decidió dividir el mundo entre sus tres hijos, ofreciendo su collar sagrado, símbolo de la soberanía, a Amaterasu para que reinase en los cielos.

Su nombre significo «cielo brillante» o «la que brilla en el cielo». Es la figura central en el panteón sintoísta y la familia imperial japonesa dice descender de ella. El principal santuario de Amaterasu es Ise-Jingue, situado en la isla de Honshu. Como curiosidad, este templo se echa abajo cada veinte años, para volverlo a construir, conservando su forma original.

BIMBOGAMI. Japón. Dios de la Pobreza. Es un dios temido y del que se huye para evitar la penuria y el hambre.

ESPADA. Japón. Es uno de los símbolos más representativos del sintoísmo porque alude a la tormenta. Se considera que favorece las buenas cosechas porque atrae a los rayos (fuego, don de los dioses) y a la lluvia (agua, implicada en el crecimiento del arroz).

FUJI. Japón. Diosa del Monte que lleva su nombre y de las rocas. Los peregrinos ascienden a su pico para adorar al sol naciente. Este volcán inactivo de 3.776 metros es la montaña más alta de Japón y su símbolo nacional más famoso. Se halla al sur de Honshu, cerca de Tokio.

HACHIMANJÍN. Japón. Dios de los Ocho Estandartes y dios de la Guerra. Desde el vientre de su madre le ordenó que conquistase Corea. Siguiendo sus consejos, ella marchó a la guerra y él estuvo durante tres años en su vientre, hasta que su madre volvió victoriosa.

HIDESATO. Japón. Es el héroe protagonista de cientos de leyendas, especializado en acabar con la vida de los monstruos.

HIRUKO. Japón. Dios del Fuego, hijo de Izanagui e Izanami, quien fue aniquilado por su madre. De él nacieron mil dioses que dieron lugar al nacimiento de Amaterasu (diosa del Sol), Susanoo (dios del Mar) y Tsukivami (dios de la Luna).

IKI-RYO. Japón. Espíritu de la furia y de los celos.

INARI. Japón. Dios dual, que puede adoptar forma masculina o fe menina del zorro, de culto muy extendido. Es a la vez diosa de la Comida y dios del Arroz.

IZANAGUI e IZANAMI. Japón. Fueron los primeros dioses terrestres creadores de la tierra firme. Eran hermanos y fueron engendrados por un dios abstracto del que recibieron el encargo de crear las islas. Se colocaron en el puente celeste, que unía el cielo con la tierra, para batir las aguas oceánicas con una lanza. Lo hicieron con fuerza y, cuando levantaron la lanza, la salmuera de las aguas marinas goteó y se amontonó formando una isla. Los dioses bajaron del cielo para casarse y vivir allí. Sus hijos se engendraron del deseo, sin necesidad de unión física, y se transformaron en cada una de las islas de Japón.

IZANAGUI

Su nombre significo «macho que invita» y el de su compañera Izanami, la «hembra que invita». La muerte de esta última fue semejante a la de cualquier ser humano, a causa de unas fiebres, pudiendo ser el primer caso de mortalidad humana.

JIKININKI. Japón. Espíritus de los muertos que, debido a su carácter codicioso, se les impide tener una existencia tranquila; pues tras la muerte, subsisten devorando cadáveres.

JIMMUTENNO. Japón. Según la tradición fue el primer monarca. Era de naturaleza divina descendiendo de la diosa del Sol Amaterasu, y del dios de la Tierra Onamochi, quienes eran descendientes de otras siete generaciones de dioses que, en tiempos anteriores, habían procreado a los 80.000 primeros kami.

JIZO. Japón. Estatua de piedra que representa a los dioses.

KAMI. Japón. Espíritus de los muertos que dan vida a la naturaleza. Se mueven entre los vivos y vigilan sus conductas.

KANUSHI. Japón. Sacerdotes llamados por las familias para construir un nuevo hogar, para curar enfermedades, etc.

KAPPAS. Japón. Seres míticos que viven en ríos, estanques y lagos. Son calvos y presentan una hendidura en la cabeza llena de agua. Su piel es amarillenta, escurridiza y con escamas. Sus manos y sus pies tienen unas membranas que les permiten moverse en el agua. Se alimentan de sangre humana y de pepinos. Para evitar cualquier el ataque, escribían el nombre del instigador en la piel del pepino y se arrojaba a las aguas donde vivían. Les distingue su fidelidad y sus buenos modales, por eso cuando se inclinan para hacer una reverencia, el agua se derrama del hueco que tienen en la cabeza, perdiendo su fuerza.

ONIS Surgen del infierno poro castigar a los malvados. Son crueles, torpes y lujuriosos. Pueden ser de diferentes colores: rojos, verdes, azules...

OGETSU-NO-HIME. Japón. Diosa de la Comida. En cierta ocasión, Susa-no-o ordenó a la diosa que le diera de comer y ésta le respondió sacándose la comida de los ojos, de la nariz, de la boca y del recto. Susa-no-o la mató por su mala conducta.

ONI. Japón. Ser mítico de tradición China. Es un demonio cornudo, de proporciones gigantescas, con tres ojos y con sólo tres dedos en las manos y en los pies.

RAICHO. Japón. Es el «pájaro del trueno». Tiene aspecto de urraca y vive en un pino desde donde emite un terrorífico graznido.

RAIDEN. Japón. Dios del Trueno. Se le representa con garras, piel roja y cabeza de demonio.

RAIJU. Japón. Demonio del Rayo. Se le representa como un tejón, un gato o una comadreja. Durante las tormentas se agita y salta de un árbol a otro, buscando refugio en el ombligo de la gente.

SHINTO. Japón. Budismo. «Camino de los dioses». Culto que venera los espíritus existentes en todas las cosas.

SHITO DAMA. Japón. Espíritu astral con forma de bola de fuego de color rojo brillante.

SUSANOO. Japón. Dios del Mar y de las Tormentas, de carácter valiente e impetuoso. Nació del baño de la nariz de Izanagi. Se casó con Kushinada, con quien tuvo un hijo, Onamochi (rey de Izumo), asistido por la diosa Sukunabicona, la emplumada.

TEMMANGÚ. Japón. Descendía de la diosa Amaterasu. Fue ministro y deificado tras una temprana muerte se apareció con la peste como un niño mudo entre los malhechores.

TENGU. Japón. Seres míticos, mitad humanos y mitad pájaros. Viven en los pinos y cedros de las montañas. Se les suele representar con muchas capas de plumas u hojas y con un sombrero negro. Les en cantan las trastadas, pero más por afición a la travesura que por la maldad, aunque no sepan soportar las bromas que reciben.

TUKI-YOMI. Japón. Dios de la Luna que nació del baño del ojo derecho de Izanagi, quien le confió los reinos de la noche.

TUKIYOMI. Japón. Dios de la Luna, junto con su hermana Amaterasu, son los responsables del día y de la noche.

UKE-MOCHI-NO-KAMI. Japón. Diosa de la Fertilidad y la Crianza. Proveedora a través de la muerte, de las sustancias vitales.

YATA. Japón. Es el espejo decorado con estrellas de la diosa del Sol, Amaterasu.

YOMI. Japón. Tierra de los muertos, reino de corrupción e impureza. La idea de los antiguos japoneses sobre la muerte y la vida de ultratumba no incluía la noción de un juicio final, por lo que la idea de castigo no tenía lugar entre sus creencias.