Para dramatizar y simbolizar las fuerzas activas durante el primer periodo de creación, Dios es a menudo representado como una figura compleja y ambigua, tanto creadora como destructora, dos fuerzas opuestas en un único ser, con capacidad para reflejar el proceso de transformación de esta época.
Gulu (ganda: Uganda) es uno de esos dioses creadores. Tiene una hija, Nambi, que representa su lado creador, y un hijo, Walumbe, que simboliza su lado destructor.
Nambi se casó con el primer hombre, Kintu, y trae la vida al mundo, mientras que su hermano, Walumbe, trae la muerte. Kintu y Nambi se niegan a compartir sus hijos con Walumbe y entonces éste comienza a llevarlos hacia la muerte.