La serpiente es uno de los animales más frecuentes en la mitología africana y el concepto de una «serpiente cósmica» como fuerza primigenia de la creación reviste especial importancia.
Los fon de Benin, por ejemplo, creen que la divinidad gemela y bisexual Mawu-Lisa construyó el mundo con una potencia creadora que fluye como una serpiente gigantesca y lleva por nombre Da Ayido Huedo. Esta potencia aparece también en el arco iris y en todas las aguas.
Al principio, la potencia serpentina estaba enroscada alrededor de la tierra amorfa, manteniéndola unida, y continúa ejerciendo tal función. Se mueve constantemente y su fluir en espiral pone en movimiento los cuerpos celestes. En el África central y meridional se atribuye un papel semejante a la serpiente primordial Chinaweji o Chinawezi, que aparece en la mitología del sur del Zaire como Nkongolo, el rey Arco Iris.
En el norte de África existe un mito según el cual lo primero que hizo el dios creador fue la serpiente cósmica Minia, que tiene la cabeza en el cielo y la cola en las aguas subterráneas. Su cuerpo está dividido en siete partes, con las que el dios creó el mundo.