Una figura recurrente en la mitología amazónica es el Maestro de los animales. Creados en tiempos primordiales, estos seres sobrenaturales eran responsables de la fertilidad del reino animal y debían ser apaciguados por el chamán para que la caza fuera exitosa. Cada animal tenía un maestro, que solía ser el miembro más grande de su especie. El jaguar pintado, el depredador de mayor tamaño de las tierras bajas, solía ser el maestro de todas las especies animales. Los jaguares devoran a todos los otros animales pero no son atacados por ninguno, por ello son el prototipo natural de guardián todopoderoso de los espíritus animales.