En la mitología de los barasana de la Amazonia colombiana, Romi Kumu era la Mujer chamana que dio forma al mundo.
Era una virgen que cambió su piel con la ayuda de una cera de abeja mágica contenida en una calabaza, lo que le permitía ser joven y hermosa por la mañana y vieja y fea por la noche. Madre del cielo, abuela de todos los hombres, la orina de la Mujer chamana es la lluvia y mantiene el fuego en su vagina.
En un principio, el mundo no era más que roca desnuda y Romi Kumu reunió algo de arcilla para hacer una plancha y poder hacer pan de mandioca. Puso tres apoyos para aguantar la plancha: eran montañas que sujetan la plancha para cocer -el cielo-, y ella vivía por encima del cielo. Cuando encendió el fuego por debajo, los soportes se rompieron y la plancha cayó sobre la tierra que se hundió convirtiéndose en el mundo inferior, mientras que la plancha se quedó entre medias y es ahora la tierra. En el borde oriental del mundo creó la Puerta del agua y al abrirla causó una inundación en la tierra.
Cuando las aguas anegaron la casa, todos los objetos se convirtieron en animales feroces y comenzaron a devorar a las personas. La cubeta para la cerveza de mandioca y el cedazo para la coca se convirtieron en anacondas, una viga se transformó en caimán y piezas de terracota en pirañas. Solamente sobrevivieron los que hicieron canoas del árbol kahuu, todo el resto se ahogó. Los primeros llegaron sanos y salvos a la cima de una montaña, pero al poco tiempo los supervivientes comenzaron a comerse entre sí, pues no había comida. Al final, las lluvias cesaron, las aguas retrocedieron y el sol de nuevo volvió a salir.
A medida que iba haciendo más calor, todo se secó tanto que la tierra se incendió y fue abrasada por las llamas. Aunque Romi Kumu no tenía marido, tuvo dos hijas y también creó a todo el pueblo he, los seres ancestrales del mundo, que ella transformó en criaturas parecidas a las mujeres. Iba a dar algo de la cera de abeja de su calabaza a la gente he, pero las serpientes se le adelantaron. A medianoche preparó algo más de comida, sopló conjuros protectores sobre ella y la ofreció a los antepasados, pero éstos la rechazaron. Romi Kumu cambió las calabazas y la original fue tomada por los hombres blancos que la utilizan para cambiar sus pieles y volverse jóvenes de nuevo. Al final se dio a los he la calabaza que aún usan hoy en día durante los rituales para celebrar las iniciaciones.