LA CAZA DEL JABALÍ

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El jabalí era un símbolo fundamental para los celtas. Existen testimonios de sacrificios de estos animales, y la deidad gala Mercurio Moccus (moccus es una forma latinizada del término galo para «cerdo» o «puerco») podría haber sido protectora de los cazadores de jabalíes, animales que desempeñan un papel destacado en los cuentos populares de Diarmaid y Gráinne.

Gráinne queda prometida en matrimonio, contra su voluntad, con Finn, un viudo de edad por aquel entonces. La noche del banquete de bodas Gráinne se fuga con Diarmaid, a quien la muchacha ha hechizado, y cuando Finn y sus hombres salen en su persecución, Oenghus, dios del amor y padre adoptivo de Diarmaid, hace desaparecer misteriosamente a los fugitivos.

La pareja llega a Munster tras atravesar Connacht, se hacen amantes y viven felices hasta el día de la gran cacería del jabalí mágico de Beann Ghulban (Ben Bulben), en Sligo. El jabalí había sido hermano de leche de Diarmaid, y habría de causar su muerte, según una profecía. El animal hiere a Diarmaid, y la única posibilidad de que éste sobreviva radica en que beba agua de las manos de Finn, que posee propiedades curativas. Finn acude dos veces con el agua, pero al acordarse de Gráinne la deja correr entre los dedos. Diarmaid muere y Oenghus lleva su cuerpo á Brugh na Bóinne, antiguo enterramiento de Newgrange, en County Meath.

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