Pablo el Diácono narra un mito sobre Wodan y su esposa Frea en su historia de los longobardos, escrita en latín en el siglo VIII.
La diosa Frea estaba empeñada en que Wodan favoreciese a la tribu de los winiles en lugar de a los vándalos, a quienes apoyaba el dios. Frea les dijo a los hombres de la tribu que salieran al atardecer con las mujeres, que debían soltarse la larga cabellera sobre el rostro para que pareciesen hombres barbudos.
Después giró la cama de Wodan hacia oriente, de modo que cuando el dios despertó miró a los winiles, no a los vándalos, y preguntó: «¿Quiénes son esos barbas largas?» La diosa le contestó que, como les había dado nombre, debía concederles la victoria en la guerra, y así adquirieron el nombre de longobardos, en señal de la protección divina.
En este relato Wodan aparece como dios del cielo, no de los infiernos.