Los gigantes, enormes y por lo general hostiles, tenían un papel destacado en los mitos nórdicos. Representaban normalmente a las fuerzas del caos y lo negativo, contra cuyo influjo estaban obligados a luchar los dioses para mantener el orden de su universo. Mas esto no era siempre así, pues las relaciones con frecuencia no eran sencillas. Aunque la actividad diaria de los dioses consistía principalmente en protegerse de los gigantes, éstos no eran siempre enemigos. En ocasiones servían de ayuda y además muchos dioses tenían amores con gigantas e incluso se casaban con ellas. (Por ejemplo, Freyr se casó con Gerd, hija de un gigante; Njord se casó con Skadi, que también era una giganta.) El propio Odín descendía de un gigante y tuvo amores con varias gigantas. De todos modos lo más frecuente es que el trato con los gigantes incluya el martillazo definitivo de Thor.
Entre los gigantes famosos se cuentan Hrungnir, que retó a Thor a un duelo, y Thjazi, que robó las manzanas de oro de la juventud. Utgarda-Loki, un señor de los gigantes, se sirvió de artes mágicas para burlar a Thor y a los suyos. Los gigantes amistosos suelen ser más bien de la variedad femenina; entre ellas se cuenta Grid, que dejó a Thor un báculo y un cinturón que conferían fuerza una vez que el dios se vio en un apuro. Thor también tuvo dos hijos con la giganta Jarnsaxa.