Se creía que los nobles y héroes que morían en combate iban a la magnífica estancia de odín, el valhalla (vestíbulo de los caídos), donde pasaban a formar parte del einherjar, el ejército personal de odín. Y allí vivían gloriosamente banqueteando y ejercitándose hasta el fin del mundo, cuando serían llamados a luchar por Odín en la última gran batalla.
El Valhalla era una edificación enorme con muchas puertas. Sus vigas tenían forma de lanzas y sus tejas eran como escudos. Todos los días el Einherjar se revestía de sus arreos de guerra, y luchaban unos contra otros para distraerse. Terminado el combate todos los caídos se levantaban milagrosamente, y al anochecer todos volvían a estar sentados para comer, beber y armar juergas.
Los guerreros comían carne de un jabalí llamado Saehrimnir, que el cocinero Andhrimnir cocinaba cada día en el caldero Eldhrimnir. La carne de Saehrimnir siempre alcanzaba para alimentar al Einherjar, fuera cual fuese su número, y cada mañana estaba entero, preparado para ser cocinado. La bebida del Einherjar era un suministro interminable de hidromiel producido por una cabra llamada Heidrun, que cada día llenaba una vasija suficientemente grande para que bebieran todos.