Eurípides narra en Las bacantes una dramática historia en la que Penteo se opone a Dioniso.
Penteo, hijo de Cadmo, rey de Tebas, descubre que todas las mujeres han abandonado sus hogares para entregarse al éxtasis en las montañas, siguiendo a un extranjero oriental que asegura ser portador del nuevo culto de Dioniso.
Penteo ordena que se capture al extranjero (en realidad Dioniso disfrazado), pero éste escapa fácilmente. Poseído por el dios y vestido de mujer, Penteo va a las montañas para espiar las orgías de las bacantes, pero ellas lo sorprenden y, encabezadas por su propia madre, Agave, le despedazan.