El héroe romano contrasta con los héroes de la mitología griega. Al héroe griego lo movían la búsqueda de gloria personal y el deseo de fama individual. Ello lo inducía a observar una conducta antisocial, como Aquiles, que permanece de mal humor en su tienda, mientras sus compañeros mueren en el campo de batalla en Troya. El héroe romano ejemplificaba al ciudadano ideal, y se lo solía mostrar defendiendo a la gran ciudad y sus ideales. En contraste con Aquiles y Heracles, Eneas era el paradigma de la gravitas (la devoción por el deber, especialmente en relación con el estado), de la frugalitas (el rechazo de todo exceso y de la indulgencia) y de la pietas (la devoción por el deber y la religión romana): los tres valores latinos más importantes.