El mito de lucrecia explica cómo esta mujer virtuosa acabó con la monarquía. Era esposa de Colatino y muy célebre por su bondad. Cuando en cierta ocasión los romanos regresaron inesperadamente del servicio militar, encontraron a muchas de sus mujeres bebiendo y observando una conducta desordenada, pero Lucrecia estaba devanando lana con sus sirvientas.
Sexto Tarquino, hijo del último rey de Roma, llamado Tarquino el Soberbio, deseaba a Lucrecia. Se dirigió a su casa, mientras su marido estaba ausente. Ella lo recibió de manera cortés. Pero él sacó la espada y la conminó a mantener relaciones sexuales con él. Ella se negó de plano y Sexto recurrió al chantaje. La amenazó no sólo con matarla, sino con liquidar a un esclavo y dejar sus cuerpos juntos para dar a entender que habían sido sorprendidos en adulterio.
Lucrecia no tuvo otra opción que ceder. Posteriormente, reunió a su marido y su padre, y les contó lo sucedido. Pese a recalcar su inocencia, se apuñaló con su daga y murió. En venganza, la familia de Lucrecia derrocó a los Tarquinos y, a partir de entonces, desapareció la monarquía. Se implantó un nuevo orden, la res publica, que significa "asunto público". Colatino fue uno de sus primeros magistrados.