Muchas imágenes maravillosas de la mitología se conservan en pinturas murales romanas, que solían emplearse para decorar los interiores de las villas. Tenemos ejemplos muy ricos de dichas casas en Pompeya y Herculano, ciudades que resultaron destruidas en el 79 d. C. como consecuencia de la erupción del Vesubio.
Sin embargo, pinturas y mosaicos pueden encontrarse en ruinas romanas prácticamente en toda la extensión de su imperio. El mosaico de la derecha, que representa a Medusa, de cabellera de serpientes, procede del suelo de una fuente termal en Dar Smala, en Túnez.