Cuando Eneas desciende al inframundo en el libro VI de la Eneida, su guía es la Sibila de Cumas. El mito cuenta las razones de su vejez: el castigo que le había infligido Apolo. El dios le prometió tantos años de vida como granos de arena pudiera reunir. La Sibila aceptó, pero, como rechazó a Apolo, éste mantuvo su palabra, si bien la hizo envejecer. A menudo, en la mitología nos encontramos con mujeres que son portavoces de profecías. El oráculo de Delfos hablaba a través de Pitia, y en la Biblia la Nigromante de Endor vaticina el futuro al rey Saúl.