ANTEPASADOS

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Otro aspecto de esta actividad mítica es que los cuerpos de los creadores ancestrales también quedan fijados en el paisaje. Entre los aranda del desierto central, por ejemplo, estos seres ancestrales dejaron partes de su cuerpo en los lugares por los que viajaron. Una mujer casada, ocupada por la búsqueda diaria de alimento, puede sentir un dolor dentro de su cuerpo que reconoce como un signo inicial de embarazo. Más tarde mostrará a su marido el lugar exacto en que tuvo esa sensación.

Tras consultar con los ancianos jefes de su propio clan, el hombre averigua qué antepasado original totémico vivía en ese lugar o bien lo visitó durante uno de sus diversos viajes. De ahí se concluye que este antepasado totémico ha sido el causante del embarazo de la mujer, ya sea entrando en su cuerpo o bien girando una pequeña bramadera a la altura de sus caderas y provocando los dolores que la alertaron. Cuando el niño nace pasa a pertenecer al tótem de su antepasado.

La relación que existe entre mito y ritual es básica en la vida ceremonial de los aborígenes de Australia, y para su representación gráfica a través de varios medios visuales, sobre todo pintura y talla.

Para simplificar un poco las cosas, puede decirse que los mitos ofrecen el marco idóneo para la acción ritual, a través de la cual la gente intenta mantener vivas la creatividad ancestral y la fertilidad, a la vez que trabajar a favor de grupos humanos coetáneos.

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