En el noroeste de Australia, los unambal dicen que, al principio, sólo existía el Cielo y la Tierra. Ungud, el creador, vivía bajo tierra, en forma de una gran serpiente pitón. Ungud se asocia tanto con la tierra como con el agua. Wallanganda, el Cielo, se asocia con la Vía Láctea. Se supone que Wallanganda creó todo, pero fue Ungud quien hizo que el agua discurriera en las profundidades y la lluvia cayera, y así es como la vida comenzó en la Tierra. Juntos, Wallanganda y Ungud crearon todo.
No obstante, los actos de creación sólo ocurrieron de noche, cuando los dos seres soñaban. Ungud se transformó en los seres que soñaba, mientras que Wallanganda soñaba a su vez sus seres creados. Mediante una fuerza espiritual, Wallanganda proyectó estos seres soñados en dibujos rojos, negros y blancos, cuyas imágenes, según los unambal, aún pueden hallarse en cavernas y rocas.
En la Tierra de Arnhem, los creadores, Djanggawul y Wagilak, fueron responsables de crear y nombrar todas las especies y lugares del paisaje. También colocaron emblemas sagrados, rangga, en pozas de agua. Los rangga son recreados por los seres humanos vivos en calidad de anexos de las nuevas representaciones rituales de estos actos primordiales de creación mítica.