Mientras que en Melanesia cabe esperar un resurgimiento parcial de los dioses antiguos, dada la tardía llegada del cristianismo y la ausencia de teocracias, no parece demasiado probable que esto mismo suceda en Micronesia y Polinesia.
Tanto en Samoa como en Tahití ha habido intentos de sustituir a Yahvéh del Antiguo Testamento con Tagaloa (Ta'aroa), con la idea de que ambos son el mismo dios creador. Se acepta normalmente que los samoanos abrazaron la religión del Antiguo Testamento antes de la llegada de los misioneros y que estaban ya esperando la llegada del Nuevo Testamento.
A otro nivel, una delegación polinésica que acudió a Tahití con el objeto de protestar contra las pruebas atómicas que se estaban realizando en Muturoa (1995) decidió invocar la ayuda de los dioses Tañe y Tangaroa.
En Hawai, el resurgimiento polinésico es mucho más anticristiano o pagano.
Los nuevos dioses del panteón oceánico suelen ser santos o ángeles de origen cristiano, musulmán, bahai y mormón, o incluso personajes alegóricos del Pilgrim's Progress.
De los chamanes modernos y dioses vivientes, el más extraño es tal vez la profetisa de las islas Cook que adopta el aspecto de Jesucristo cuando dice estar poseída.