Los dioses de la fertilidad solían estar relacionados con los de la guerra. En las sociedades cazadoras de cabezas, la cabeza era considerada como una fuente de poder, y muchos mitos oceánicos hablan de cuerpos y cabezas enterrados que dieron lugar a plantas valiosas, como el cocotero, la caña de azúcar o la kava (tipo de pimienta).
Los dioses masculinos de la guerra y la fertilidad recibían dones, al igual que los reyes sagrados, a los que se regalaban los primeros frutos.
Los mitos en los que aparecen Rongo, Tañe y Hikule'o están relacionados con las plantas alimenticias. Las diosas madres de Melanesia también eran una fuente de riqueza alimenticia vegetal.